lunes, 3 de noviembre de 2008

¡Pobre del pobre!...

(CONCLUSIONES DEL ESTADO DE LA NACIÓN)
Según lo reveló el decimocuarto informe Estado de la Nación los programas de asistencia y recursos específicos que las leyes contemplan para atender a poblaciones pobres del país, no está llegando a los posibles beneficiarios.
Poco más de 150 mil millones de colones distribuidos en 46 programas que dirigen 22 instituciones es en suma, una maraña burocrática, insensible e inaccesible, cuya cobertura en algunos casos no alcanza ni el 22 por ciento de necesitados. Otros datos de los investigadores sociales confirman que esa capacidad de cobertura es subutilizada por un elevado porcentaje del 20 por ciento de la población mas pobre del país.-
Lo que no se ha dicho todavía son las verdaderas razones de esa paradoja según la cual, aunque hay recursos, no son utilizados por quienes lo necesitan
Para la Doctora María Luisa Avila, Ministra de Salud y a quien el desgobierno de los Arias nombraron como coordinador del sector social la mala cobertura se debe a que “Muchos no tienen idea de que puede acceder a ayuda” (ver periódico La Nación de 29 de octubre de 2008).
Desde luego que en el partido PASE no estamos para nada de acuerdo con esa visión oficial que en resumidas cuentas podría interpretarse en una frase más o menos así: “lo que pasa es que el pobre no sabe ...”
Intentando hacer variaciones sobre esa misma idea, de acuerdo con esa evidente falta de espíritu de servicio social que ha caracterizado a esta administración, “ como el pobre no pide ayude ... se jode”.
Es incomprensible que a estas alturas, se tenga tan anquilosada idea del papel del Estado frente a la pobreza. Los abundantes programas sociales no son más que oficinas en las que nunca se programan jornadas interdisciplinarias in situ.
La propia y tan vilipendiada constitución política exige al Estado procurar el mayor bienestar de los habitantes del país y desde luego la protección especial a las clases mas “jodidas”.
Pero esto jamás será posible si los programas sociales se sientan a esperar a que la pobreza llegue hasta sus oficinas, haga filas, espere a que funcionarios insensibles almuercen, les atiendan y algo que hasta ahora no se ha dicho, califiquen.
En efecto existen en cada uno de los 46 programas de asistencia social a la clase mas vulnerable del país, complejos reglamentos, requisitos exacerbados, trámites que incluyen presentación de pruebas, documentos, y estudios sociales, que entre otras cosas impiden el verdadero acceso de los necesitados a los recursos.
No es tan cierto que el pobre no sepa de las existencias de ayudas. La verdad es que lo cansan, lo humillan y le someten a toda clase de torturas burocráticas imaginables parta que demuestre que es pobre.
Los instrumentos científicos con los que se mide la pobreza se han convertido en obstáculos reales para que la gente pobre, sea beneficiada por el Estado. Puedo dar fe (y por aquello tengo respaldo documental) de que la Caja Costarricense de Seguro Social por ejemplo, niega pensiones del régimen no contributivo a núcleos familiares evidentemente pobres, porque sus ingresos superan en la ridícula suma de cien colones, el monto de la canasta básica que fríos funcionarios matemáticos han fijado en la extraordinaria suma de 53 mil colones mensuales.
Quedan entonces varios retos pendientes, una de dos, o el gobierno en lo que le queda, se tira a la calle a identificar y ponerle rostro a la pobreza, o a los pobres les pedimos, que por favor .... aprendan a ser pobres.





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