La sabiduría popular es la más grande de todas, por eso la frase “ ... el tiempo da la razón...” muy probablemente sea fruto de la experiencia de nuestros abuelos que entendieron que el transcurrir de los días y los acontecimientos que se suscitan, muchas veces tienen la facultad de otorgar la razón, a quien en ese momento, pareciera no tenerla.
Ese es nuestro caso en el partido PASE. Nos han vilipendiado, tratado de discriminadores, excluyentes, incongruentes, contradictorios y violadores de derechos humanos, solo porque a un grupo de nosotros se nos ocurrió que el proyecto de ley de unión civil de personas de un mismo sexo, se sometiera a referéndum.
Por si no ha quedado claro, nos oponemos a los matrimonios de personas homosexuales porque nos parece que esa idea, invade el campo de valores y creencias personales, modifica las estructuras sociales y representa un cambio y una trasformación en la forma de concebir la familia, para la que no se encuentra preparada nuestra sociedad.
Hemos dicho también que una cosa es legislar acerca de la transmisión de bienes patrimoniales y otra muy distinta, inventar una forma de matrimonio homosexual llamada “unión civil”, por lo que nos pareció, dada la trascendencia y lo excesivo de la propuesta legislativa, que en vez de ser unos cuantos diputados quienes tomaran esa decisión, fuésemos todos los costarricenses en las urnas, mediante un referéndum.
En eso consiste la democracia, en hacer valer la expresión y voluntad de la mayoría social y ahora, el tiempo nos da la razón. En las recién pasadas elecciones de los Estados Unidos, sociedad que definitivamente posee una concepción más liberal y desprejuiciada que la nuestra en todos los campos, se tomaron decisiones muy importantes en torno al matrimonio gay, mediante el voto popular.
En los Estados de Florida, Dakota y California -meca del libertinaje dirían algunos-, además de votar por Obama, los estadounidenses votaron a favor de sendas reformas constitucionales para impedir el matrimonio entre personas homosexuales. Aclaro más, el pueblo norteamericano mediante referéndum, acordó incluir en sus leyes Estatales, prohibiciones tácitas al matrimonio gay que, como en el caso de California, fue autorizado mediante una resolución de la suprema Corte.
Lo anterior quiere decir ni más ni menos que quienes pensamos que en Costa Rica la vía del voto, es la mejor manera de dilucidar este tema, no estamos tan extraviados en la idea. ¿Pueden acusar ahora las organizaciones gay y lésbicas a los Estados Unidos de discriminadores y excluyentes por esa decisión popular? Me parece que no existen argumentos suficientes para ello, pues además en los tres Estados de la unión en que se tomó esa decisión contraria al matrimonio de personas homosexuales, también ganó el candidato demócrata, quien como todos sabemos, es el primer Presidente negro en la historia de ese país.
Entonces queda claro que la oposición a los matrimonios gay no responde a una intención de discriminar, no es una ataque en contra de esas minorías, ni promueve la invisibilización de las personas homosexuales, es el sencillo deseo de ciudadanos comunes y corrientes de tomar parte, opinar y decidir, acerca del tipo e ideal de sociedad que queremos para nuestro futuro.
Ese es nuestro caso en el partido PASE. Nos han vilipendiado, tratado de discriminadores, excluyentes, incongruentes, contradictorios y violadores de derechos humanos, solo porque a un grupo de nosotros se nos ocurrió que el proyecto de ley de unión civil de personas de un mismo sexo, se sometiera a referéndum.
Por si no ha quedado claro, nos oponemos a los matrimonios de personas homosexuales porque nos parece que esa idea, invade el campo de valores y creencias personales, modifica las estructuras sociales y representa un cambio y una trasformación en la forma de concebir la familia, para la que no se encuentra preparada nuestra sociedad.
Hemos dicho también que una cosa es legislar acerca de la transmisión de bienes patrimoniales y otra muy distinta, inventar una forma de matrimonio homosexual llamada “unión civil”, por lo que nos pareció, dada la trascendencia y lo excesivo de la propuesta legislativa, que en vez de ser unos cuantos diputados quienes tomaran esa decisión, fuésemos todos los costarricenses en las urnas, mediante un referéndum.
En eso consiste la democracia, en hacer valer la expresión y voluntad de la mayoría social y ahora, el tiempo nos da la razón. En las recién pasadas elecciones de los Estados Unidos, sociedad que definitivamente posee una concepción más liberal y desprejuiciada que la nuestra en todos los campos, se tomaron decisiones muy importantes en torno al matrimonio gay, mediante el voto popular.
En los Estados de Florida, Dakota y California -meca del libertinaje dirían algunos-, además de votar por Obama, los estadounidenses votaron a favor de sendas reformas constitucionales para impedir el matrimonio entre personas homosexuales. Aclaro más, el pueblo norteamericano mediante referéndum, acordó incluir en sus leyes Estatales, prohibiciones tácitas al matrimonio gay que, como en el caso de California, fue autorizado mediante una resolución de la suprema Corte.
Lo anterior quiere decir ni más ni menos que quienes pensamos que en Costa Rica la vía del voto, es la mejor manera de dilucidar este tema, no estamos tan extraviados en la idea. ¿Pueden acusar ahora las organizaciones gay y lésbicas a los Estados Unidos de discriminadores y excluyentes por esa decisión popular? Me parece que no existen argumentos suficientes para ello, pues además en los tres Estados de la unión en que se tomó esa decisión contraria al matrimonio de personas homosexuales, también ganó el candidato demócrata, quien como todos sabemos, es el primer Presidente negro en la historia de ese país.
Entonces queda claro que la oposición a los matrimonios gay no responde a una intención de discriminar, no es una ataque en contra de esas minorías, ni promueve la invisibilización de las personas homosexuales, es el sencillo deseo de ciudadanos comunes y corrientes de tomar parte, opinar y decidir, acerca del tipo e ideal de sociedad que queremos para nuestro futuro.
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