(Resumen del discurso del Diputado Oscar López en la Sesión legislativa del martes 11 de noviembre 2008, en la que se aprobó la última ley complementaria del TLC)
Muchas gracias, señor Presidente; buenas tardes, señoras y señores diputados.
El escritor argentino Jorge Luis Borges, tenía una frase que me parece importante traerla a colación en este momento en el cual algunos se sienten ganadores y a otros, obviamente, nos quieren hacer sentir perdedores, dice el escritor argentino: “Hay derrotas que tienen más dignidad que las victorias”.
En ese sentido, yo quiero que mi voz llegue respetuosa, pero firme, a lo largo y ancho de este país, donde haya un hombre y una mujer que hizo todo lo que pudo por evitar que se aprobara el Tratado de libre comercio y su agenda de implementación, donde quiera que se encuentre escuchando esta señal o donde quiera que llegue la letra del acta de esta sesión, donde haya una costarricense o un costarricense que caminó en una marcha, que repartió un volante, que anduvo con brochurs tocando puertas, yo quiero que le llegue mi palabra de respeto y de admiración a usted, mi querida señora, mi querido señor, joven, adulto mayor, ustedes enriquecieron esta lucha social y como decía el escritor hay derrotas que tienen más dignidad que las victorias.
Ciertamente, puede que esto sea una derrota, pero es una derrota con dignidad, y aunque algunos dicen que ya pasamos la página, sí, puede que aquí hoy sí se pase una página, pero permítanme decirles que aquí no se cierra el libro, no, señoras y señores diputados, si ustedes piensan que el pasar una página significa que aquí se cierra el libro, definitivamente no.
Esta es una historia en materia de lucha social que apenas está empezando a escribirse y la escritura la vamos a continuar quienes creemos en un desarrollo más progresista de la economía y del desarrollo humano de este país.
Efectivamente, hoy se cierra este capítulo de la agenda implementaria y del TLC, y yo lo que hago es presentarles mis respetos a los sectores sociales, ambientalistas, ecologistas, sindicalistas, comités patrióticos, a toda la gente de bien que creyó que lo correcto era luchar porque no se aprobara el Tratado de libre comercio, y aunque no se logró, como lo dije en la mañana, lo digo nuevamente, se perdió una batalla, pero no se ha perdido una guerra, las elecciones están a la vuelta de la esquina, y habrá tiempo de sobra para recibir los nocivos resultados de un mal paso que el país da, un paso que probablemente celebrarán con champán y con aceitunas, algunos sectores del gran capital de este país, y del sector político empresarial, mientras a otros probablemente les costará conseguir el arroz y los frijoles, porque estos procesos aperturistas y estos tratados amplían y ensanchan la brecha, la brecha entre ricos y pobres, concentran riqueza en pocas manos, y hacen más grande la cantidad de pobres, esa ha sido la experiencia en otros países y lamentablemente, en Costa Rica, no será la excepción.
Pero, entre tanto esto sucede, nos vamos a preparar para decirle a los costarricenses de bien que como ovejas al matadero fueron llevados a un patíbulo amenazados por la pérdida de sus empleos a votar por el “sí”, que tendrán la oportunidad de reivindicarse en las próximas elecciones, esa es mi más soñada ilusión y el sueño por el que lucharé a partir de hoy y hasta el día de las elecciones asido de las herramientas que me dé la democracia, por supuesto, porque yo no creo en la anarquía, ni en la rebelión ni en ese tipo de cosas que ya están superadas en las democracias.
Pero, le envío mi respeto, mi cariño y mi afecto, y mi abrazo fraterno a todos los hombres y mujeres que de bien lucharon para que no se aprobara el Tratado de libre comercio, enfrentándose a una coalición de facto integrada por varios partidos políticos, algunos medios de comunicación y grandes sectores de empresarios metidos a políticos y de políticos metidos a empresarios, con el auspicio de la embajada de los Estados Unidos; mas como decía don Pepe, esto es una lucha sin fin y democráticamente, la pelea es peleando.
El escritor argentino Jorge Luis Borges, tenía una frase que me parece importante traerla a colación en este momento en el cual algunos se sienten ganadores y a otros, obviamente, nos quieren hacer sentir perdedores, dice el escritor argentino: “Hay derrotas que tienen más dignidad que las victorias”.
En ese sentido, yo quiero que mi voz llegue respetuosa, pero firme, a lo largo y ancho de este país, donde haya un hombre y una mujer que hizo todo lo que pudo por evitar que se aprobara el Tratado de libre comercio y su agenda de implementación, donde quiera que se encuentre escuchando esta señal o donde quiera que llegue la letra del acta de esta sesión, donde haya una costarricense o un costarricense que caminó en una marcha, que repartió un volante, que anduvo con brochurs tocando puertas, yo quiero que le llegue mi palabra de respeto y de admiración a usted, mi querida señora, mi querido señor, joven, adulto mayor, ustedes enriquecieron esta lucha social y como decía el escritor hay derrotas que tienen más dignidad que las victorias.
Ciertamente, puede que esto sea una derrota, pero es una derrota con dignidad, y aunque algunos dicen que ya pasamos la página, sí, puede que aquí hoy sí se pase una página, pero permítanme decirles que aquí no se cierra el libro, no, señoras y señores diputados, si ustedes piensan que el pasar una página significa que aquí se cierra el libro, definitivamente no.
Esta es una historia en materia de lucha social que apenas está empezando a escribirse y la escritura la vamos a continuar quienes creemos en un desarrollo más progresista de la economía y del desarrollo humano de este país.
Efectivamente, hoy se cierra este capítulo de la agenda implementaria y del TLC, y yo lo que hago es presentarles mis respetos a los sectores sociales, ambientalistas, ecologistas, sindicalistas, comités patrióticos, a toda la gente de bien que creyó que lo correcto era luchar porque no se aprobara el Tratado de libre comercio, y aunque no se logró, como lo dije en la mañana, lo digo nuevamente, se perdió una batalla, pero no se ha perdido una guerra, las elecciones están a la vuelta de la esquina, y habrá tiempo de sobra para recibir los nocivos resultados de un mal paso que el país da, un paso que probablemente celebrarán con champán y con aceitunas, algunos sectores del gran capital de este país, y del sector político empresarial, mientras a otros probablemente les costará conseguir el arroz y los frijoles, porque estos procesos aperturistas y estos tratados amplían y ensanchan la brecha, la brecha entre ricos y pobres, concentran riqueza en pocas manos, y hacen más grande la cantidad de pobres, esa ha sido la experiencia en otros países y lamentablemente, en Costa Rica, no será la excepción.
Pero, entre tanto esto sucede, nos vamos a preparar para decirle a los costarricenses de bien que como ovejas al matadero fueron llevados a un patíbulo amenazados por la pérdida de sus empleos a votar por el “sí”, que tendrán la oportunidad de reivindicarse en las próximas elecciones, esa es mi más soñada ilusión y el sueño por el que lucharé a partir de hoy y hasta el día de las elecciones asido de las herramientas que me dé la democracia, por supuesto, porque yo no creo en la anarquía, ni en la rebelión ni en ese tipo de cosas que ya están superadas en las democracias.
Pero, le envío mi respeto, mi cariño y mi afecto, y mi abrazo fraterno a todos los hombres y mujeres que de bien lucharon para que no se aprobara el Tratado de libre comercio, enfrentándose a una coalición de facto integrada por varios partidos políticos, algunos medios de comunicación y grandes sectores de empresarios metidos a políticos y de políticos metidos a empresarios, con el auspicio de la embajada de los Estados Unidos; mas como decía don Pepe, esto es una lucha sin fin y democráticamente, la pelea es peleando.
0 comentarios:
Publicar un comentario