Victor Emilio Granados Calvo

Desde mi perspectiva, el hecho de que ambas legisladoras estén en pleno ejercicio del cargo para el cual fueron electas popularmente les proporciona una ventaja indebida sobre otros posibles aspirantes.
Otra inconsistencia más de nuestro mundo político está a punto de concretarse en los días venideros. Ante la vacante del puesto de Defensor (a) de los Habitantes, las actuales diputadas de la Asamblea Legislativa, Andrea Morales ex Pac y Lorena Vázquez del PUSC han anunciado abiertamente su aspiración.
Desgraciadamente, de acuerdo con el artículo 4 de la Ley de Creación de la Defensoría (Ley N.º 7319, de 10 de marzo de 1993), el hecho de que aspiren es legal, pero a todas luces es inmoral. Como tantas otras actividades humanas hay leyes que posibilitan la realización de lo inmoral. Aquí se aplica lo dicho por Maquiavelo en el Príncipe “el fin justifica los medios”.
Desde mi perspectiva, el hecho de que ambas legisladoras estén en pleno ejercicio del cargo para el cual fueron electas popularmente les proporciona una ventaja indebida sobre otros posibles aspirantes.
Por otro lado, un defensor imparcial debería estar alejado de cualquier contaminación con la política electoral próxima o pasada; situación que no se cumple en el caso de las dos actuales aspirantes.
La ley debería de reformarse para impedir que estos ex abruptos se cometan y el resto de diputados debería de recapacitar sobre la conveniencia de elegir en una institución pública a uno de sus compañeros.
Buchón es un costarriqueñismo que se refiere a aquella persona que quiere abarcar todo o quedarse con todo. Resulta claro que la acción de guindarse en el puesto de Defensora de los Habitantes desde su cómoda posición de –juez y parte- es un claro acto de buchoneo que finalmente califica a las madres de la patria como buchonas oficiales.
Uno de los errores que más he señalado a lo largo de mi vida respecto de los políticos nacionales y que incluso se puede aplicar a líderes de otras latitudes geográficas, es el vicio del engolosinamiento con el poder.
Lorena Vásquez ha sido dos veces diputada y al menos en otra oportunidad ministra gracias al PUSC y nunca ha realizado una sola acción afirmativa en favor de los habitantes. Es claro que la señora Lorena, siempre ha representado los intereses de sectores empresariales, lo que para mí, la descalifica en el cato de defensora que más bien requiere de un personaje con demostrada trayectoria en el campo social.
En cuando a la señora Andrea ni digamos, su labor parlamentaria ha sido un fiasco, desteñida y cargada de contradicciones. A pocos días de haber llegado al Congreso apareció “dis” que modelando en la revista SOHO, desde uno de los recintos legislativos, seguramente se le olvidó a lo que vino a la Asamblea o solamente quiso aprovecharse también del ámbito legislativo para mostrar sus supuestos encantos. Además, generalmente se refiere por el fondo de los proyectos en contra, pero luego, termina votándolos afirmativamente.
Sin conocer a estas alturas si existen otros candidatos resulta claro que el próximo defensor o defensora, debe ser una persona cuya trayectoria lo identifique profundamente con los movimientos sociales y las causas sociales del país. El abuso que se puede cometer en contra de esa Institución es restarle credibilidad, nombrando a politiquillos de oficio, mucho menos si esos politiquillos buchonean desde sus curules para ver dónde quedan parados.