Nos alegra que se abra el debate sobre una Constitución
Rodrigo Arias, ministro de la Presidencia, anunció en la edición del lunes 1.º de diciembre en el periódico La Nación que un grupo de sus asesores está trabajando en la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, cuyo texto, plazos y probables condiciones de realización ya se encuentran calendarizados por parte del Gobierno.
Sobre la necesidad de reformar integralmente nuestra carta magna, el partido PASE ha sido el primero en pronunciarse, pues desde el 25 de abril del 2007, según consta en el expediente legislativo Nº 16.630 y publicado en el alcance Nº 18 de La Gaceta Nº 119 del 21 de junio de ese mismo año, este diputado le expuso a la Asamblea Legislativa las razones por las que resulta urgente y conveniente un nuevo texto constitucional.
Razones diferentes. Por razones muy distintas a las de don Rodrigo, quien clama por gobernabilidad en una Constitución que fortalezca al Poder Ejecutivo, en el PASE creemos, y así lo planteamos veinte meses atrás, que solo a través de una Constituyente podemos garantizar la consolidación de los derechos fundamentales y el resguardo de las garantías sociales que nos han caracterizado desde 1949, frente a los cambios y retos de la globalización y del desarrollo tecnológico, y las exigencias de integración y de un nuevo orden comunitario internacional.Nuestro planteamiento está dirigido a fortalecer la democracia participativa y parlamentaria, propone el resguardo de nuestros recursos naturales a través de un capítulo de garantías ambientales y rechaza la idea de que sigamos generando reformas parciales a la Constitución, en el tanto la propia Asamblea Legislativa debe de ser revisada y es poco probable que se autorreforme.
Aunque nuestro proyecto de convocatoria no avanzó un ápice en la Comisión de Asuntos Jurídicos por evidente falta de voluntad política, nos dimos a la tarea de comunicarlo y consultarlo a organizaciones sociales, no gubernamentales, de trabajadores, expertos en Derecho Constitucional y más.
Las reacciones han sido desde entonces tan variadas como las que recibe la idea actual del ministro Arias. Entendemos la desconfianza y temor que una reforma total genera en los sectores progresistas frente a las maquinarias electorales constituidas, pero apostamos por la madurez del votante. Ingrata respuesta.
La más ingrata de las respuestas que recibió mi iniciativa provino del doctor Rubén Hernández Valle, asesor del presidente Arias en materia de constitucionalidad y actualmente embajador de este Gobierno.
El doctor Hernández ubicó la idea del PASE en el campo de la “brutalidad” y descalificó en menos de una cuartilla los ciento cincuenta folios con los que justifiqué mi propuesta.Nos alegra que se abra el debate sobre una Constitución para el nuevo siglo y no nos interesa reclamar la primicia de la idea, pues, como ha ocurrido en otros temas de interés nacional, lo que nos importa es arribar a consensos con capacidad para generar cambios.
El único desconcierto que, según me parece, deberá ser aclarado es qué opina don Rubén Hernández Valle, ahora que esta “brutal propuesta” se lanza desde el propio Gobierno al que sirve y tan fielmente asesora.
Sobre la necesidad de reformar integralmente nuestra carta magna, el partido PASE ha sido el primero en pronunciarse, pues desde el 25 de abril del 2007, según consta en el expediente legislativo Nº 16.630 y publicado en el alcance Nº 18 de La Gaceta Nº 119 del 21 de junio de ese mismo año, este diputado le expuso a la Asamblea Legislativa las razones por las que resulta urgente y conveniente un nuevo texto constitucional.
Razones diferentes. Por razones muy distintas a las de don Rodrigo, quien clama por gobernabilidad en una Constitución que fortalezca al Poder Ejecutivo, en el PASE creemos, y así lo planteamos veinte meses atrás, que solo a través de una Constituyente podemos garantizar la consolidación de los derechos fundamentales y el resguardo de las garantías sociales que nos han caracterizado desde 1949, frente a los cambios y retos de la globalización y del desarrollo tecnológico, y las exigencias de integración y de un nuevo orden comunitario internacional.Nuestro planteamiento está dirigido a fortalecer la democracia participativa y parlamentaria, propone el resguardo de nuestros recursos naturales a través de un capítulo de garantías ambientales y rechaza la idea de que sigamos generando reformas parciales a la Constitución, en el tanto la propia Asamblea Legislativa debe de ser revisada y es poco probable que se autorreforme.
Aunque nuestro proyecto de convocatoria no avanzó un ápice en la Comisión de Asuntos Jurídicos por evidente falta de voluntad política, nos dimos a la tarea de comunicarlo y consultarlo a organizaciones sociales, no gubernamentales, de trabajadores, expertos en Derecho Constitucional y más.
Las reacciones han sido desde entonces tan variadas como las que recibe la idea actual del ministro Arias. Entendemos la desconfianza y temor que una reforma total genera en los sectores progresistas frente a las maquinarias electorales constituidas, pero apostamos por la madurez del votante. Ingrata respuesta.
La más ingrata de las respuestas que recibió mi iniciativa provino del doctor Rubén Hernández Valle, asesor del presidente Arias en materia de constitucionalidad y actualmente embajador de este Gobierno.
El doctor Hernández ubicó la idea del PASE en el campo de la “brutalidad” y descalificó en menos de una cuartilla los ciento cincuenta folios con los que justifiqué mi propuesta.Nos alegra que se abra el debate sobre una Constitución para el nuevo siglo y no nos interesa reclamar la primicia de la idea, pues, como ha ocurrido en otros temas de interés nacional, lo que nos importa es arribar a consensos con capacidad para generar cambios.
El único desconcierto que, según me parece, deberá ser aclarado es qué opina don Rubén Hernández Valle, ahora que esta “brutal propuesta” se lanza desde el propio Gobierno al que sirve y tan fielmente asesora.
Oscar López, Diputado.
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