Me tomé algún tiempo en responder al señor Francisco Torres quien preguntó: “¿Qué le pasa a don Víctor Emilio que necesita que el pueblo tenga que seguir pagando impuestos y aranceles y demás cargas impositivas al gobierno?” (en la Prensa Libre de 28 de febrero de 2009). Don Francisco lanza ese cuestionamiento como reacción a mi artículo: “Primeros efectos negativos del TLC” (en la Prensa Libre de 06 de febrero de 2009).

En mi opinión que fue debidamente fundamentada, el Estado costarricense dejará de percibir solo en este año y en plena crisis, unos 60 millones de dólares por causa de la liberación de impuestos de una serie de artículos de consumo suntuosos que forman parte de la lista de productos liberados de tasas a raíz del Tratado.

Además de ofrecer cifras y enlistar los productos cuya principal característica es que no son indispensables y si se quiere son banales (calzado, colorantes, aceitunas, hilos, binoculares) me pareció explicar que los impuestos cumplen una evidente función social. Las pérdidas que a raíz del TLC sufrirá el PIB, se traducen en menos infraestructura, menos becas, menos programas de asistencia social y menos cumplimiento a los preceptos del Estado social de derecho que promueve nuestra Constitución Política.

Me tomé tiempo para responder al respetable ciudadano por las siguientes razones. Primero, el señor Torres termina su artículo pidiendo: “Ojalá alguien con cifras en la mano lo corrija...” y me pareció prudente dar espacio para que me refutaran. Segundo, el tiempo y su transcurrir han sacado a relucir los segundos efectos negativos del TLC y tercero, me di a la tarea de compara lo que está ocurriendo hoy en día en nuestro país, con aquel viejo cuento del británico Lewis Carrol y del que todos hemos oído hablar alguna vez: “Alicia en el país de las maravillas”.

Como nadie “cifras en mano” me corrigió y los segundos efectos negativos del Tratado se asoman en nuestras vidas (advertencia de la Cámara Costarricense del Libro de que no se pueden fotocopiar obras de ninguna de naturaleza ni siquiera con fines didácticos y demandas en puertas de productores fonográficos contra quienes reproduzcan música sin antes cancelar derechos de autor) procedo a responder a la pregunta ¿Qué le pasa a Víctor Emilio?

Al igual que Alicia sentado a la sombra de un árbol, un conejo muy políticamente vestido con chaleco y sombrero, me hizo caer a un mundo de absurdos y paradojas. Exploré ese mundo y comí del pastel que me ofrecieron, recogí del suelo, el abanico mágico y acepté seguir al ratón mientras me explicaba de su odio por los gatos y los perros. Escuché a la oruga prepotente que me interrogó sobre mi identidad y observé como todos temblaban ante la presencia de una reina loca, que llamaba a juicio.

En el cuento alguien se robó las tartas y ante los absurdos y paradojas, Alicia primero es testigo y después enjuiciada, y de no despertarse a tiempo, decapitada.

¿Qué me pasa? ¡Pues nada hombre ... que yo vivo en el país de las maravillas!.

Estos son los dos artículos de opinión previos:

Primeros efectos negativos del TLC-Estados Unidos En la economía costarricense

Lic. Víctor Emilio Granados Calvo

Para todos aquellos “mal pensados” que dijeron que la fallida alza en la tarifa básica de telefonía celular y mensajes de texto que pretendía el ICE en días pasados es por causa del TLC con Estados Unidos y la consecuente apertura del mercado de telecomunicaciones, tengo que pasar por la pena de comunicarles que están en lo cierto. Mucho dijimos los del NO en el referéndum, que precisamente nuestro sistema monopólico de telecomunicaciones ofrecía como garantía a los usuarios tarifas bajas y por tanto accesibles a la mayor cantidad de población. La mala noticia es que muy pronto la Sutel con base en las nuevas condiciones de competencia y presiones de mercado, cederá ese primer aumento de muchos otros que vendrán, más tarde que temprano. Pero esos son apenas asomos de los primeros efectos negativos del TLC en nuestra economía pues lo más grave está por venir. Un 68,5 % de todos los productos agrícolas que Costa Rica importa de los Estados Unidos y que generaban ganancias al Producto Interno Bruto (PIB) quedaron libres de impuestos a partir de la vigencia del TLC ( 1º de enero de 2009).

Este año de grave crisis mundial y nacional, de recesión y contracción en las economías mundiales, nuestra desdichada contabilidad nacional dejará de percibir ingresos fiscales por impuestos a las importaciones de a.-) maíz, b.-) frijoles de soya, c.-) arroz con cáscara, d.-) trigo, e.-) residuos de cervecería-destilería, f.-) preparados alimenticios y g.-) alimentos para mascotas.

También dejarán de pagar impuestos y por lo tanto se generará un gran faltante en las finanzas del Estado, productos suntuosos tales como: aceitunas, alcaparras, pistachos, caviar, extracto de malta, gin y ginebra, lacas y colorantes, pólvora, hilos, calcomanías, calzado deportivo, niveladoras y cargadores, altavoz y altoparlantes, halógenos, silenciadores para carro, aviones y avionetas, binoculares.

Como se desprende de esa lista, se trata de artículos que no son de primera necesidad por lo que la rebaja en su precio por efecto de la desgravación arancelaria, beneficia a quien usualmente los consume o sea, unos pocos, mientras que por otro lado, los impuestos que generaban al ingresar a Costa Rica van a afectar a la gran mayoría, debido a un faltante del fisco que necesariamente reflejará pérdidas potenciales de ingresos entre el 0,9 al 1,6 por ciento del PIB.

Esa pérdida de ingresos –o mal negocio– será de unos 60 millones de dólares anuales pero existe evidencia de que podría ser más ya que el PIB también se verá disminuido en su composición a raíz del TLC, por la pérdida en ingresos fiscales provenientes de la exportación a Estados Unidos o sea, malas noticias en tiempo de crisis, evidencias de lo que se dijo y se advirtió con tiempo, los efectos negativos del TLC muy pronto se traducirán en aumentos de tarifas, menos inversión social del Estado, menos dinero para educación, menos plata para viviendas y menos oportunidades para las grandes mayorías.

El artículo de don Víctor Emilio sobre el TLC

Francisco C. Torres

¿Qué le pasa a don Víctor Emilio que necesita que el pueblo tenga que seguir pagando impuestos y aranceles y demás cargas impositivas del Gobierno? ¿No se da cuenta que ahora el pueblo costarricense tendrá más capacidad de compra con la misma plata de antes, al no tener que pagar impuestos?
Además, ¿qué pasa si por no aprobar el TLC no le podemos vender la piña, los melones, los textiles, y otro montón de productos a los Estados Unidos que le proporcionan a Costa Rica los dólares para comprar sus importaciones? Habría también una espantada de las inversiones aquí establecidas y las nuevas no vendrían… ¿Entonces qué?
Habría que venderle toda esa producción al PAC y a gentes como con Víctor Emilio para no tener que despedir a un montón de gente involucrada en esa producción agrícola de exportación. Además, don Víctor quiere continuar con un ICE anquilosado, que ya no da los servicios de la manera eficiente que se requiere en estos tiempos. Lógicamente hay competencia y eso es bueno y sano, pues de alguna manera en el largo plazo nos beneficiaremos todos. Pero para ello el ICE necesita modernizarse y eso nadie lo puede negar.

Además, todo sube, sino que lo diga la gasolina, la tasa de inflación y los salarios… ¿o qué? Hablando de apertura económica, vea como mejoró la banca después de que se desnacionalizaron los depósitos bancarios y las cuentas corrientes. Vea como la política de cielos abiertos ha llevado a Costa Rica a beneficiarse de un inmenso turismo que antes no venía, porque quién lo iba a traer, ¿Lacsa solito?
El TLC da oportunidades y en este mundo globalizado don Víctor tiene que entender que Costa Rica debe prepararse para competir en todos los niveles. Ya no podemos seguir con el proteccionismo de los años 50, porque no llegamos ni a primera base. Se le olvida que lo que se hizo con este montón de leyes complementarias fue casualmente ajustar los posibles efectos adversos del comercio internacional a unos pocos sectores vulnerables, y también mediante ellas mejorar las condiciones económicas que le ofrece el país a su gente, porque si algo anda mal en gran parte es culpa de nuestro propio egoísmo y falta de solidaridad de nuestro sistema económico.

Ojalá alguien con cifras en la mano lo corrija, pues esto apenas está comenzando. Saludos a don Víctor.

1 comentarios:

estoy_viva dijo...

Como esta la situacion de una persona discapacitada en su pais, hay ayudas, hay accesibilidad etc.
Son temas que me preocupa bastante mas cuando son los mas marginados en casi todos los paises por no decir en todos.
Con cariño
Mari