Mientras Albert Einsten piensa que la política es la irremediable “mala suerte de países condenados a caer en manos de irresponsables que detentan el poder”, Ortega y Gasset la califica de “sutil y astuta” de instrumento idóneo para alcanzar de otros, lo que queremos. Para el erudito y recordado maestro costarricense, Roberto Brenes Mesén “en la psiquis del político no hay rincón para la verdad, ni para la consecuencia, ni para la gratitud, ni para el reconocimiento del mérito real de los hombres”. Desde la revolución burguesa y su antesala intelectual, la política es parafraseando a Rousseau, el origen mismo de la desigualdad moral y más modernamente Alejandro Nieto proclama que la política ha creado un mundo virtual - regnum injustum – sin esperanza de retorno.

¿Entonces porqué algunos somos políticos? ¿Porqué hay grupos humanos interesados en asirse del poder a través de partidos? ¿Porqué pareciera que algunos cuantos de nosotros queremos allanar nuestro camino al infierno de Dante?

Sólo puedo responder a esas preguntas desde mi experiencia personal y desde luego –la de mi partido- accesibilidad sin exclusión, PASE.

La idea de conformar el partido nació en los patios de una facultad de derecho de los barrios pobres al sur de la capital de San José. Para entonces –y hasta ahora- nuestra idea del derecho era literalmente utópica, pues al igual que Tomás Moro, quien excluyó y prohibió completamente la presencia de abogados en su isla, nuestra interpretación de las ciencias jurídicas es utupiense.

En su definición más básica el derecho es un conjunto de normas, dichas normas emanan de órganos legislativos que a su vez son conformados -como dice Einsten- ya sea por la violencia, ya sea por la elección de la masa, en conclusión, el derecho es una expresión política, un conjunto de reglas impuestas por quienes poseen poder político.

Pero en Costa Rica como en Utopía, toda persona es en sí misma, un hábil abogado y alguna vez pensamos en la posibilidad de transformar realidades concretas mediante el utilitarismo de la profesión y la participación política a través de nuestra propia agrupación.

¡Y algo hemos andado ya …! ¡…y algo hemos logrado! .Solo dentro del sistema desigual del derecho fue posible lograr cambios que nos acercaran al punto de equilibrio y valga el juego de palabras, favorecieran a los menos favorecidos de nuestra sociedad virtual. No se trata de una posición hiperestésica hacia la justicia social -según Ortega y Gasset- pues a fin de cuentas, nadie niega el odioso vínculo entre las personas con discapacidad y los adultos mayores, con la pobreza y la falta de oportunidades.

Con ese grupo humano y en su representación, hemos dado forma a un partido político que será nacional en las elecciones de 2010, que es único en el orbe y definitivamente auténtico.

Por eso estamos en política y de momento ni modo, somos políticos, a lo mejor, candidatos, ya sea a una silla en el congreso, ya sea, a nuestro puesto en el infierno.

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