miércoles, 3 de junio de 2009

¿Tiranía en Costa Rica?


Que me corrijan si me equivoco pero recuerdo bien que una de las razones que motivó la revolución de 1948 fue precisamente el afán del gobierno de turno, de perpetuarse en el poder a través del candidato y partido oficialista o sea la llamada “continuidad” que ahora proclaman los Laura-Aristas.

Precisamente por esa razón los Constituyentes promulgaron un sistema de garantías suficientes para evitar la intromisión del gobierno y sus representantes en asuntos político electorales y diseñaron un código electoral (reformas de 1953) que contempló sanciones por el delito de beligerancia política para aquellos funcionarios, acciones y opiniones emanadas del gobierno, que posean claro fin de beneficiar electoralmente a cualquier contendiente.

En ese contexto deben de analizarse con la seriedad que merece las siguientes dos situaciones recientes que reflejan la decidida intromisión de nuestro actual gobierno de la República en asuntos de política electoral. Por un lado la intentona aún vigente de la fracción oficialista-arista del PLN, de modificar el código electoral para reducir y flexibilizar la prohibición de participación de funcionarios públicos en política electoral y por otro, la descarada forma en que el Sistema Nacional de Radio y Televisión (SINART) y el Teatro Melico Salazar; ambas instituciones del Estado o mejor dicho del pueblo, impidieron la realización del último debate entre precandidatos del PLN:

En lo que se refiere a la flexibilización de participación y sanciones para funcionarios de gobierno que participen en política electoral esperamos que exista oposición, al menos el PASE ya ha manifestado que no aprobará un código que abrirá las puertas para el chantaje, la comercialización y manipulación del voto popular.

En cuanto al último debate de precandidatos del PLN diremos que, sorpresivamente, después del debate realizado por Telenoticias en el que por cierto los Laura Aristas resultaron derrotados, la administración del teatro Melico Salazar anunció que no prestaría sus instalaciones para el evento que se encontraba previamente programado. Consecuente y misteriosamente, el SINART entonces decidió retirarse a pesar de que dos de los precandidatos no tendrían problema en debatir desde los estudios de TV Extra 42.

Cualquiera puede concluir que quienes estén al frente de esas dos instituciones del pueblo, por orden de superiores, evitaron la realización de un nuevo debate que le confirme a todos que la precandidata Chinchilla no es más que una triste marioneta de un poder político que no reconoce límites y vergüenza.

¿Se trata de dos asomos de una especie de tiranía en Costa Rica? Juzgue usted. Precisamente una de las conclusiones del debate de Teletica fue que ese tipo de debates contribuyen a engrandecer nuestra democracia. Además, se concluyó que a diferencia de la campaña política pasada en la que Oscar Arias no quiso debatir, pareciera que en la contienda que se avecina, los costarricenses podríamos tener acceso sin tapujos a la realidad del pensamiento de los aspirantes. Pero no tardó en pasar el tiempo para enfrentarnos de nuevo a la táctica de esconder las contradicciones y mentiras.

No existe aquello de “tiranía en democracia” como una vez dijo Oscar Arias. La democracia no admite tapujos, movidas, silencios o retiros de candidatos de debates que no pueden ganar.

¡O los ticos despertamos ya o nos lleva el carajo!

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