viernes, 24 de octubre de 2008

Piratas en Las Crucitas

Cuando Oscar Arias y el PLN en campaña nos dijeron que ahora “el barco si tendría capitán”, los ticos nunca imaginamos que se referían a un barco pirata.
La táctica de los piratas se caracterizaba por el engaño. Con pasmoso cinismo navegaban por aguas comerciales y en sus acicaladas caletas enarbolaban las banderas de distintos reinos a conveniencia. Justo cuando la presa incauta se les acercaba, los piratas revelaban su identidad, su ropaje, su auténtica bandera negra y cadavérica, todo ello para sorprender, asaltar, abordar y saquear el oro de quienes sencillamente confiaron.
Ese es el barco que tristemente navega hoy campante por todo el territorio nacional. Por un lado en evidente falso discurso, el capitán del barco pregona a nivel internacional un idealista proyecto de “Paz con la naturaleza” y por otro, suscribe decretos nacionales que entre otras cosas ya ocasionaron la tala indiscriminada en tan solo tres días, de especies de toda clase, vedadas o no, de árboles, bosque y ecosistema, en Las Crucitas de San Carlos.
Desde luego que tan repugnante hipocresía debe ser objeto del reproche social, no solo de grupos ecologistas nacionales que se han caracterizado por la constante, perenne y paciente defensa de nuestro único y verdadero futuro: un medio ambiente sano, próspero y liberado de la destrucción que provoca, la industrialización, el comercio y la explotación de recursos naturales, por parte de salvajes, si se me permite utilizar el calificativo que una vez el Papa Juan Pablo Segundo utilizó, para definir a quienes se comportan sin el menor reparo o vergüenza, cuando engordan sus bolsillos de espaldas a la justicia social y el bien común.
Hasta Las Crucitas de San Carlos llegaron los piratas y so pretexto del desarrollo económico, de la generación de empleo y del ingreso de impuestos a una caja única que de por sí no distribuye la riqueza, arrebataron un patrimonio que es de todos.
La piratería política indudablemente tiene muchas variables, y no cabe duda que el botín ecológico, es uno de ellos. Haciendo uso de todos los recursos que aún nos otorga la constitución y las leyes, debemos resistir, manifestar, oponernos y rechazar negocios como el de Las Crucitas en los que irónicamente pretender extraer una supuesta riqueza de los suelos, cuando en verdad … el verdadero tesoro … está siendo destruido.

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