domingo, 6 de junio de 2010

El aumentazo y yo


Ahora que bajó la intensidad respecto del tema del salario de los diputados, llegó el momento de ofrecer mi sincera explicación, primero a los amables y pacientes lectores de este blog y desde luego, a cualquier viajante de la red, especialmente a aquellos costarricenses que de una u otra forma, se sintieron extrañados de que apoyáramos “el aumentazo”.
Queda claro que los Diputados del PASE podemos “meter las patas”, pero nunca “meterle mano” a aquellos asuntos o proyectos que vayan en contra de la gran mayoría de costarricenses.
En plena campaña electoral un señor de San Cristóbal Sur (Distrito de Desamparados) me dijo algo así: “Usted, el único error que no puede cometer, es dejar de oír a la gente”
Bueno como sabrán, en efecto “metimos las de andar” y apoyamos en un inicio la iniciativa que pretendía aumentar nuestro propio salario y el de otros Diputados, así no más, recién llegados “a la cuesta de moras”.
Lo que pasó es que tal y como se planteó el tema, de lo que se trataba era de una readecuación en el pago y de las dietas según la cuál, era posible liminar una serie de gastos superfluos y trasladarlo al salario de los 57.
Y claro, como nosotros –los del PASE- no utilizamos el dinero del pueblo para viajes costosos dentro y fuera del país, o para recepciones con “guaros y manjares” nos pareció –equivocadamente- que era bueno aquello del aumento.
Dichosamente rectificamos a tiempo. Las razones por las que renunciamos al aumentazo, antes de que la Presidenta de la República anunciara el veto al proyecto, las puedo sintetizar así: Escuchamos el clamor popular.
Hay gente que nos criticó por ello –si la ensartas pierdes y sino también dice el adagio- porque según dijeron “no es conveniente mostrar esa fragilidad política ante el pueblo”. Otros también nos decían que para que nos retirábamos del bloque a favor del aumento “si la peor parte ya había pasado” y de por si “…en la manifestación frente la Asamblea solo llegaron 4 gatos.”
Pero nos salimos, y lo hicimos a tiempo y por dicha, porque para nosotros la cosa es al revés de cómo algunos lo ven. Somos representantes populares, creemos que cada uno de los diputados de la República es un “pedacito de gente” y en lo que respecta a “mi pedazo”, estaba totalmente ahuevado y desconcertado con mi posición de apoyar el aumento. ¿Cómo no escuchar a la gente que represento? Pues si lo hice ……
Lo que viene después usted ya lo sabe, votaron el aumentazo a favor 35 diputados (ninguno del PASE), la Presidenta amenazó con el veto, el proyecto se cayó, luego fueron los análisis sobre los que ganaron y perdieron con esta carajada, sobre los que no reaccionaron y quienes si reaccionamos a tiempo y lo peor de todo, la fustiga moral y castigo de quienes se auto proclamaron adalides de la ética pública señalando con su dedo acusador “dudas sobre la ética de mi partido”.
Como lo que piense don Otón sobre la ética de mi partido no me quita el sueño solo concluyo diciendo. GARANTIZO QUE SOY HUMANO, POR LO TANTO IRREMEDIABLE E IRREVERENTEMENTE IMPERFECTO. COMO DIPUTADO, ABOGADO, PADRE, ESPOSO, HIJO, COMPAÑERO O AMIGO, DE SEGURO ME EQUIVOCO Y ME SEGUIRÉ EQUIVOCANDO. ESA ES MI NATURALEZA, ESE MI DEFECTO
PERO NO TENGO MIEDO A RECONOCER CUANDO ME EQUIVOCO. EN CUALQUIER MOMENTO Y COMO SEA. ANTE TODO SOY RESPETUOSO DE LOS DEMÁS, eso si... NUNCA CONFÍO EN EL SABIONDO, EN EL QUE ACUSA. BIEN LES CAE A AQUELLOS PRESUMIDOS LO QUE DICE EL ADAGIO POPULAR: DIME QUE PRESUMES Y TE DIRÉ DE QUE CARECES.

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