Antes de entrar en materia, deseo felicitar a las autoridades de la Universidad Nacional, en la figura de sus órganos de la Vice Rectoría Académica y del Consejo Académico, no solo por la iniciativa de llamarnos para exponer nuestros planteamientos sobre un tema que lamentablemente dejó de ser prioridad para los gobiernos y para los partidos políticos tradicionales, a pesar de su vital importancia , sino además por elaborar el plan de acción institucional en materia de seguridad alimentaria, cuyos objetivos yo estimo de gran utilidad pública y base para la elaboración de futuras políticas en esta materia, ya sea impulsadas desde un eventual gobierno del PASE, o impulsadas por nuestros futuros legisladores.
Según cifras oficiales de la FAO, solo en el 2009 el hambre alcanzó un record histórico de más de mil millones de personas en todo el mundo, valga decir que una persona por casi cada seis padece de hambre en el planeta; en América Latina, esta criminal cifra supera a 53 millones de seres humanos, y los índices de sub-nutrición volvieron a los niveles de los años 90, o sea, un claro retroceso en materia de seguridad alimentaria y desde luego, el zonado fracaso del neoliberalismo como sistema político, incapaz de generar acceso alimentario y nutricional a las personas menos favorecidas.
Lo que está pasando en Guatemala debe ser un claro aviso para todos los centroamericanos, pues la hambruna que en la actualidad azota a esa nación, debido a la destrucción del 90 por ciento de los cultivos de maíz y frijol, base alimentaria de nuestros hermanos chapines, es algo de lo que no estamos exentos en Costa Rica a menos de que aquí nos consideremos libres del peligro de las sequías, inundaciones desproporcionadas y demás cambios climáticos.
De un momento a otro en Guatemala, el 49 por ciento de los niños y niñas manifestaron desnutrición crónica y este porcentaje se eleva cuando se trata de zonas indígenas.
Esta llamada de alerta con base en los estragos que sufre esa nación hermana, debe impulsarnos en Costa Rica a que con toda la seriedad y rigurosidad del caso, impulsemos políticas públicas a la brevedad posible, que garanticen no solo seguridad alimentaria, sino además, soberanía alimentaria.
Desde esta perspectiva un poco nacionalista y proteccionista, el PASE propone un plan de acción, cuyos tres ejes temáticos son los siguientes:
Primero, la protección del derecho a la alimentación y el derecho al agua como derechos fundamentales o derechos humanos, segundo, el establecimiento de directrices de soberanía alimentaria nutricional y tercero, la garantía de disponibilidad y acceso a los alimentos de los costarricenses menos favorecidos.
Para el PASE, tanto la disponibilidad como el acceso y el aprovechamiento de los alimentos, deben ser las dimensiones básicas de una urgente política pública en esta materia.
Coincidimos plenamente con destacados académicos como el Dr. Henry Mora, en el sentido de señalar que el neoliberalismo o las propuestas de mercados libres, que para desgracia de la humanidad se popularizaron desde la década de los años ochenta y aún siguen siendo la base ideológica de este gobierno y de muchos partidos tradicionales, es sin duda un factor político que ha promovido una despreocupación sistemática del Estado en materia de soberanía alimentaria.
El modelo económico imperante en Costa Rica que amenaza con continuarse en el poder, representa un grosero impedimento para establecer con seriedad una política de seguridad y soberanía y cuando más, un generador de crisis alimentaria en el tanto el egoísmo, el lucro sin conciencia social y la pérdida misma del sentido nacionalista y proteccionista, son elementos característicos de las economías neoliberales y posibles detonantes de crisis, como la que experimenta hoy Guatemala.
Por esa razón es entendible que desde el PASE en todos los foros, clamamos por la reconstrucción del Estado, proponemos fortalecer la gestión del Gobierno en la regulación de precios y el control de la cadena agroalimentaria, a través de la creación de una Comisión Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional que permanentemente vigile los tres componentes a los que antes hice mención, a saber, disponibilidad, acceso y aprovechamiento de los alimentos.
En lo que se refiere a disponibilidad, el PASE considera necesario mejorar la productividad de alimentos de alto valor nutricional a través de sistemas de micro financiamiento sostenible, destinados a procesos de producción y distribución popular. Ello implica una revisión de la Banca de Desarrollo y de su papel en la financiación de productores regionales, además de garantizarles el acceso a energías alternativas y sistemas de riego.
En cuanto al acceso a los alimentos, es el elemento en el que el PASE propone una mayor agresividad en materia de regulación y hasta de intervención de precios al consumidor, pues de lo que se trata es de que las clases menos favorecidas, especialmente niños, niñas, adultos mayores y personas con discapacidad en estado de pobreza o vulnerabilidad, puedan tener un acceso sostenible a ese mercado de alimentos de alto valor nutricional, sin tener que estar sujetos a los caprichos de algunas cadenas comerciales que inescrupulosamente juegan con el hambre de los pueblos.
Mejorar la capacidad económica de estos grupos humanos, es un primer paso pero no es el único enunciado que el PASE formula, simultáneamente proponemos una revisión integral del papel de los CEN-CINAI, de los centros de atención diurna de adultos mayores, de los comedores escolares y de las subvenciones que entrega el Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial, con el fin de desarrollar un sistema de protección integral que garantice este acceso a todos los sectores ya mencionados.
El tercer elemento es el aprovechamiento. En este sentido el PASE tiene claro que si no existen otras condiciones alternas, como un mejor acceso a la salud, en especial en zonas rurales e indígenas, viviendas dignas y al menos, una mínima campaña educativa sobre la revalorización de los alimentos de alto contenido nutricional, todos los esfuerzos que se realicen pueden ser infructuosos.
Debemos impulsar desde el Estado Costarricense, el mejoramiento de las condiciones y prácticas nutricionales de la población, que desgraciadamente ha caído en la trampa de una sociedad de consumo que promueve comida chatarra en cifras exorbitantes, para una población tan pequeña como la nuestra.
La Comisión Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional que el PASE propone crear, estaría integrada al más alto nivel, con representantes del sector salud, agropecuario y económico del gobierno, y por órganos académicos y por organizaciones no gubernamentales, que pueden arrojar resultados valiosos sobre los pasos que se deben de dar para asegurar resultados sostenibles y a largo plazo respecto de la disponibilidad, acceso y aprovechamiento de alimentos en Costa Rica ha largo plazo.
En el eventual caso de que yo no ganara la Presidencia de la República, es bueno indicar que este propósito del PASE bien puede transformarse en ley, a través de las y los diputados que nos representarán a partir de mayo de 2010.
Lo que tiene que quedar claro, es que en el PASE no solo tenemos la preocupación responsable sobre el futuro de la cadena alimentaria de nuestro país, también tenemos el conocimiento, por nuestra experiencia propia, para batallar con alma de lucha especialmente por las personas menos favorecidas.
Nuestra preocupación se debe a la desmedida intención de este gobierno y de su candidata oficial, de continuar firmando tratados comerciales internacionales sin considerar que dichos tratados, me refiero a los firmados y a los que faltan, podrían poner en riesgo la disponibilidad de alimentos en el país y consecuentemente afectar su acceso y encarecer su precio.
En el tanto el sistema económico actual socava a nuestros pequeños productores quienes se ven imposibilitados de competir con grandes empresas agrícolas, en el tanto para otros sea más rentable la venta de servicios o la venta de sus tierras, en el tanto muchas y muchos campesinos no tengan tierra, en el tanto la demanda de alimentos en otras latitudes como China, la india o la Comunidad Económica Europea sea demasiado alta y demasiado rentable, en Costa Rica estaremos en evidente riesgo de perder irremediablemente nuestra soberanía y autoabastecimiento alimentarios; muchas gracias.
0 comentarios:
Publicar un comentario