Yo admiraba a don Óscar Arias y lo digo en conjugación pasada del verbo “ya se la peló”. Y lo digo en tiempo pasado porque en los años ochenta don Óscar nos enseñó a decir NO ante el gran poder de los Estados Unidos, nos enseñó que podíamos elegir nuestro propio camino y que íbamos a ser respetados internacionalmente por eso, nos enseñó que si algunos querían la guerra, nosotros los ticos podíamos exigir la paz, que si otros querían armas, los ticos teníamos el coraje y la dignidad de gritar ¡NO!
Tan buena fue la enseñada de don Óscar que hasta un premio le dieron al bandidillo, porque mientras todos en Centroamérica decían sí, los ticos dijimos NO, sin que nada malo nos pasará por hacer respetar nuestros ideales y principios frente a los intereses de los vivillos.
Pero ahora “se la peló”, será porque está más viejillo, o será porque perdió la ilusión de sus tiempos de margaritas y poesías; o a la mejor porque ya no tiene interés, o más peor, porque tiene mucho interés, pero don Óscar hecho un “Transformer” nos pide ahora a los ticos que agachemos la cabeza y digamos SÍ, POR FA no ven que es más fácil cambiar los Diez Mandamientos, SÍ MAJES porque con el NO nos lleva el diablo, digan SÍ porque nos van a dejar limpios.
Acharita por don Óscar y por las cosas que dejó olvidadas en el camino pero allá él, porque nosotros, los que hasta ahora solo hemos tenido derecho al berreo, los que no tenemos culpa de nada después de veinte años de que nos dizque gobiernen ellos mismos, por fin vamos a poder ser Diputados por un día, por fin vamos a decidir efectivamente sobre algo.
¡Claro está! Diputados sin la dietilla, ni el chuzo 4X4 con chofer, y sin derecho a nombrar educadores sin requisitos donde se quiera. De fijo tampoco vamos a ser de ese tipo de Diputados que admiten en las flamantes fiestas del jet set tico, en las que se confunden con empresarios y modelos y se abrazan en el nombre del pueblo al calor de unos cuantos vinitos internacionales.
A pesar de esas diferencias entre algunos de los “güezos” de Cuesta de Mora y nosotros, lo cierto es que el voto va a contar igual y de nosotros depende si el día del referendo decimos que si, “porque lo que no nos cuesta hagámoslo fiesta” o bien, decimos como mi Abuela al comerciante que le propuso cambiar su vaca flaca por un reloj cucú: “¡MIRALA! .... el día que le saque leche a la chuchería… me llama”.
