lunes, 4 de mayo de 2009

¡Vacaciones de cemento!

En las próximas vacaciones de medio período así como ocurrió en la recién terminada semana santa, a los ticos no nos quedará más remedio, que programar nuestras vacaciones en cemento. Esta nueva forma de distracción de “concreto”, tiene tres padrinos: un desarrollo de infraestructura nacional que no ha respetado a la naturaleza, un sector de empresarios turísticos a los que no interesa el mercado interno y la inseguridad nacional.

Por esa razón los paseos de cemento son hoy en día populares, es la modalidad de distracción más barata y más segura de nuestros aciagos tiempos. Sino me cree, vaya a darse una vuelta por las grandes moles de cemento que albergan tiendas, salones de juegos electrónicos, cafeterías y áreas de comida chatarra.
Los fines de semana encontrarán los “moles” atiborrados de gentes de todas las edades que renunciamos a ir a un potrero, a la vera de un riachuelo, a comernos un gallo de huevo en la sabana o simplemente a caminar entre árboles y parajes verdes. Hemos perdido nuestro derecho a gozar de la naturaleza, ¿o lo arrebataron acaso?
Por un lado, la ola de inseguridad que azota al país y en el sentido común indica que, visitar lugares desolados o sin control policial es algo así como meterse en

La Reforma con todas las joyas de la abuela en el cuello. Lo que según la Ministra de Seguridad Pública es un asunto de percepción – la inseguridad- es para la mayoría de las víctimas de un hampa que no reconoce freno o autoridad alguna (de homicidios, de robos, de asesinatos, de violaciones, etc.) sencillamente traumatizante.

Por otro lado visitar un hotel se ha convertido en un lujo reservado solo para extranjeros de mucho dólar en el bolsillo.
Tal pareciera que la floreciente industria del turismo que es por cierto la mayor generadora de divisas nacionales, se olvidó del llamado mercado interno, o sea nosotros los ticos que antes practicamos el extinto hobby de conocer nuestra geografía. Hoy día, sorprendentemente me han explicado algunos amigos avezados, es más barato viajar a algunos destinos del Caribe, de México e incluso de sur América, que intentar hospedarse en Guanacaste, dado el altísimo costo de habitaciones que fueron diseñadas “para ricos y famosos”.
En plena crisis económica internacional la oferta turística nacional no tuvo la capacidad de acomodar sus precios a la realidad monetaria de los ticos (lo digo porque en semana santa se anunció que por primera vez no hubo ocupación completa) lo que demuestra una falta de visión respecto del potencial de quienes añoramos un poco de agua salada o aire fresco, pero no ganamos en dólares.

No quedará más remedio, en las próximas vacaciones a pasear en el cemento: moles, cines y si hay suerte y no nos asaltan, una vueltilla por el lago de La Sabana.
Nota para lectores que no son costarricenses.
La Reforma
es una de las cárceles del país.
Guanacaste es una provincia que alberga las más hermosas playas del pacífico central y norte.
La Sabana es un parque público de una hectárea ubicado en la capital.
La Ministra de Seguridad Pública dijo al inicio de su gestión que la inseguridad es un asunto de percepción lo que le ha valido la crítica de una mayoría de ciudadanos a quienes nos robaron, hasta nuestra percepción del mundo, la vida y el país.

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